Las remesas representan una fuente crucial de ingresos para millones de familias en América Latina y otras regiones del mundo. En 2024, el Banco Mundial estimó que el flujo global de remesas alcanzó los 905,000 millones de dólares, con un crecimiento del 4.5% anual. Sin embargo, la propuesta de un impuesto del 3.5 a 5% sobre las remesas enviadas desde Estados Unidos ha generado preocupación sobre su impacto en la economía de los países receptores. México es el principal receptor de remesas en América Latina, con un flujo anual que representa aproximadamente el 3.4% del PIB nacional. La propuesta de impuesto podría afectar el consumo interno, ya que las remesas son una fuente clave de financiamiento para millones de hogares. Sin embargo, algunos economistas consideran que el impacto podría ser limitado debido a la existencia de canales alternativos de envío y al hecho de que muchos trabajadores mexicanos en EE.UU. ya son ciudadanos. Países como Nicaragua (27.2% del PIB), Honduras (25.2% del PIB), El Salvador (23.5% del PIB) y Guatemala (19.6% del PIB) dependen en gran medida de las remesas. Un impuesto sobre estos envíos podría reducir el ingreso disponible de las familias receptoras, afectando el consumo y la inversión en sectores clave como educación y vivienda. Además, una posible expulsión masiva de migrantes en EE.UU. podría disminuir el flujo de remesas, aunque este escenario es poco probable debido a la dependencia de la economía estadounidense en la mano de obra migrante. El impuesto a las remesas podría generar efectos en otras regiones con alta dependencia de estos flujos, como Filipinas, India y África Subsahariana. En estos países, las remesas son fundamentales para la estabilidad económica y social. La medida también podría incentivar el uso de métodos informales de envío, reduciendo la transparencia y dificultando la regulación financiera. Ante la posible implementación del impuesto, los gobiernos de América Latina han expresado su rechazo. En México, la presidenta Claudia Sheinbaum calificó la medida como "inaceptable" y anunció posibles movilizaciones para evitar su aplicación. Además, algunos legisladores mexicanos han propuesto viajar a EE.UU. para negociar con sus contrapartes. Alternativamente, los migrantes podrían recurrir a criptomonedas y fintechs para evitar el impuesto, lo que podría acelerar la digitalización del sector financiero en la región. El impuesto a las remesas en 2025 podría tener efectos negativos en el consumo y la estabilidad económica de los países receptores, especialmente en América Latina. Sin embargo, su impacto real dependerá de factores como la disponibilidad de canales alternativos de envío, la respuesta de los gobiernos y la reacción de los migrantes. A largo plazo, la medida podría impulsar la adopción de nuevas tecnologías financieras, modificando la dinámica del mercado de remesas. ***Profesor Investigador en Economía Internacional en el Colef. Distinguido miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) y ahora en la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti).