La amenaza

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La Santa Muerte es una narcosanta. Es el símbolo de la delincuencia. Es una secta que ha crecido exponencialmente en México y en América Latina. La imagen –una calavera deforme– es siniestra, amenazante, provoca miedo y advierte sobre un trágico final. Jenaro Villamil, el director del Sistema de Radiodifusión del Estado Mexicano, subió a sus redes sociales un video donde presume una camiseta con la imagen de la Santa Muerte y la leyenda: “Un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador”. ¿Qué trató de decir un funcionario del gobierno con ese mensaje? La camiseta parece estar dirigida a quienes ya no quieren estar con Morena y López Obrador. A quienes reciben dinero de los apoyos sociales, pero quieren votar de manera libre y secreta. A esa “chaviza” rebelde e ingrata que se niega, pese a recibir becas, a formar parte de la borregada morenista. El mensaje “Un verdadero hombre nunca habla mal de López Obrador” es una amenaza y una advertencia a la base social de Morena. La “muerte social” o la “muerte política” vendrá por ti si no votas como quiere el presidente. La otra lectura es más grave todavía. Que un movimiento narco-religioso apoya a López Obrador y que hará lo que tenga que hacer para protegerlo a él y garantizar la sobrevivencia de su partido en el poder. La reacción del presidente confirmó que está de acuerdo con el mensaje amenazante. “No tengo opinión”, dijo. “En México hay libertad de creencias religiosas”. “Soy respetuoso de lo que hacen los ciudadanos”. “Es debate, es polémica, es democracia”. Detrás del diseño de la camiseta no hay ciudadanos, hay un régimen. Detrás del texto no hay democracia, hay imposición y no puede haber libertad cuando se trata de coaccionar el voto. El aparato de propaganda del cuatroteísmo recurre –como lo hace el crimen organizado– al miedo y a la intimidación para asegurar que los más pobres del país voten a favor de Claudia Sheinbaum el 2 de junio y así pueda perpetuarse Morena en el poder. Una camiseta aparentemente inofensiva confirma que el voto está bajo amenaza en México. Como bien lo señalan Jesús Ortega y Rafael Hernández en el libro “El sufragio bajo ataque”, López Obrador busca terminar con el derecho a votar en libertad. El régimen trabaja para hacer de las elecciones una farsa. Una elección de Estado. No quiere ciudadanos libres en las urnas, quieren zombis pagados, chantajeados por Servidores de la Nación y narcotraficantes. Es la reedición del “castrochavismo”, el intento de institucionalizar el fraude, la implantación de un teatro electoral para que los ciudadanos voten, pero no elijan. El 2 de junio no sólo se votará por una presidenta o un presidente, también se decidirá el futuro de las elecciones en México.