De hoy en 15, la Junta de Gobierno de la UABC, elegirá al rector de la UABC. Curiosamente, desde hace poco más de un mes, a los diputados de MORENA, les picó el gusanito de llamar al rector para que les rinda cuentas, en especial a uno de ellos, quien ha saltado de un partido a otro para seguir viviendo del Congreso y todo lo que de ello emane. Los diputados morenistas, quienes encarnan el templo de la virtud pues no roban, no mienten, no traicionan y no pecan; quieren meter su impoluta mano en la UABC. Imitan lo que hace López Obrador con la UNAM. Por ignorancia o mala fe, más bien por lo primero que lo segundo, el diputado burócrata Manuel Guerrero, antes priista y ahora morenista de horca y cuchillo, citó a comparecer al rector el 13 de diciembre. Manuel desconoce que no tiene ninguna facultad para tal despropósito. Alguien que lo aprecie, le debería leer el artículo tercero, capítulo VII, de la Constitución. Le debería explicar que, las instituciones de educación superior, a las que la ley les otorga autonomía, tienen la facultad y responsabilidad para gobernarse a sí mismas. Le deberían leer los motivos de la lucha de la autonomía en la UNAM y, por qué y para qué, la UABC es autónoma, facultad que no está en conflicto con rendir cuentas a la ciudadanía o ser auditada. Pero llamar al rector en estos días para “corregirle la plana”; para decirle que debe hacer o no hacer con la universidad, con su presupuesto, con su vida académica es ignorar que, AUTONOMIA UNIVERSITARIA, significa tener dignidad y respeto, no para evadir, sino por el contrario, para proteger los fines de la UNIVERSIDAD: Libertad para elegir a sus autoridades, Libertad Académica; de Investigación, de Catedra y Difusión de la Cultura, consagrados en el capítulo VII del Artículo TERCERO. Ningún personaje del gobierno, o cercano al gobierno, ni políticos viles e ignorantes, deben intervenir en la selección del próximo rector. Estoy seguro que la Junta de Gobierno no lo va a permitir y elegirá al mejor de los 15 aspirantes. Eso espero.