La democracia y la geopolítica estarán en las urnas en 2024

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Por Thomas Carothers Este año, una variedad vertiginosa de países, desde los más poblados (India) hasta uno de los menos poblados (Palau), celebrarán elecciones nacionales. Algunos estarán plenamente en el centro de atención mundial, como los de Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos. Muchos otros atraerán relativamente poca atención internacional, aunque serán de gran importancia para sus ciudadanos y vecinos. En algunos, los resultados ya son predecibles; para otros, prevalece la incertidumbre. Esta notable racha electoral tendrá lugar en un contexto global definido por una recesión democrática en curso y tensiones geopolíticas cada vez más intensas entre las principales potencias. Muchas de las elecciones tendrán consecuencias significativas para una u otra (o ambas) de estas tendencias definitorias. Sin embargo, las elecciones de 2024 no giran en torno a una única cuestión o vector general, como el aumento del iliberalismo de derecha o la propagación de una polarización política tóxica. Más bien, caen en un espectro más diferenciado, definido por al menos cinco categorías principales. Algunas elecciones, ya sean presidenciales, legislativas o ambas juntas, tendrán lugar en países donde la autocracia ya ha arraigado. Estos incluyen Bielorrusia, Irán, Ruanda, Rusia y Venezuela, todos los cuales están clasificados como no libres en el informe Libertad en el Mundo 2023 de Freedom House . Es probable que en la mayoría de estos casos, pero no necesariamente en todos, se produzca un sello de aprobación. En Venezuela, por ejemplo, la oposición mantiene al menos cierta capacidad, a pesar de los denodados esfuerzos del régimen por limitar su espacio y alcance. E incluso cuando los gobernantes dominan plenamente el proceso, la forma en que se posicionan en sus campañas y su éxito en movilizar la participación puede ser informativo sobre sus fortalezas y debilidades políticas. Otras elecciones se celebrarán en países que han experimentado un importante retroceso democrático pero que aún no son completamente autocráticos, como El Salvador, Georgia, India, Mozambique y Pakistán. La cuestión será si los resultados de las elecciones refuerzan y profundizan su caída antidemocrática o dan nuevo oxígeno político a sistemas restringidos. La incertidumbre será mucho más generalizada en el importante conjunto de elecciones que se están llevando a cabo en las que la democracia ha estado enfrentando serios temblores debido al surgimiento de corrientes políticas iliberales, crisis económicas severas, deficiencias debilitantes de la gobernanza y otros males. Estas incluyen las elecciones en Ghana, Indonesia, México, Senegal, Sudáfrica, Sri Lanka, el Reino Unido y los Estados Unidos, y para el Parlamento Europeo. En estos casos, una cuestión primordial es si las elecciones terminarán alimentando una mayor inestabilidad democrática o poniendo a los países sobre una base democrática más firme. Otra serie importante de elecciones tendrá lugar en contextos políticos de relativa normalidad democrática. Entre ellas se incluyen las elecciones que se celebrarán en Austria, Bélgica, Croacia, Finlandia, Palaos, Panamá, Portugal, Rumania y Uruguay. Estas contiendas presentarán a los votantes opciones importantes entre los bandos contendientes, pero no aquellas en las que la democracia misma parezca estar fundamentalmente en riesgo. Sin embargo, los posibles avances de los partidos de extrema derecha en algunos de estos países (incluidos Austria, Bélgica y Portugal) preocupan a algunos observadores. Por último, en algunos países que han experimentado golpes de estado u otros tipos de conflictos internos graves, los gobernantes han prometido elecciones en 2024, pero no está claro si serán razonablemente libres y justas (si es que se llevan a cabo).* Este es el caso de Chad , Malí y Sudán del Sur. Si las votaciones se llevan a cabo de manera ordenada y genuinamente competitiva, podrían representar aperturas democráticas, aunque sean muy tentativas. En el frente geopolítico, algunas elecciones presentarán a los votantes opciones entre orientaciones de política exterior muy diferentes. Por lo tanto, los resultados de estas elecciones pueden tener importantes implicaciones regionales o globales relacionadas con la paz y la seguridad internacionales. Estados Unidos es un caso importante en este sentido, dadas las diferencias en las perspectivas de política exterior entre el presidente Joe Biden y su más probable oponente, Donald Trump. Si en las elecciones al Parlamento Europeo se produce un fuerte giro hacia la derecha, las implicaciones para la política exterior de la UE probablemente serían considerables, ya sea en relación con la migración, China o Rusia. Las elecciones en algunos lugares más pequeños también pueden tener importantes implicaciones internacionales. Taiwán es quizás el ejemplo más importante, donde la dirección de las relaciones de la isla con China depende en cierta medida de qué partido gane las elecciones de enero. Las divisiones sobre la política hacia China serán menos intensas, pero seguirán siendo prominentes en las elecciones legislativas de Corea del Sur a finales de este año. De manera algo paralela, el resultado de las elecciones de Georgia tendrá consecuencias para la relación del país con Rusia y, por extensión, para la seguridad regional en el Cáucaso. Y si Venezuela logra celebrar elecciones genuinamente competitivas, un elemento importante será la posible continuación o reversión de la tradicional orientación de política exterior de extrema izquierda del país, con importantes consecuencias para la dinámica regional más amplia. En resumen, los resultados de muchas de las elecciones de este año serán fundamentales para comprender el avance o retroceso de la democracia en el mundo y la intensificación o alivio de las tensiones de seguridad en múltiples regiones. Por esta razón, el Carnegie Endowment for International Peace está lanzando su serie Elecciones Globales 2024. Una o dos veces al mes, Carnegie ofrecerá videos y comentarios incisivos de destacados expertos nacionales sobre las elecciones clave que se avecinan, centrándose en lo que está en juego en las elecciones, tanto para el país en cuestión como para las dinámicas regionales y globales en juego. ***Codirector del Programa de Democracia, Conflictos y Gobernanza del Carnegie Endowment for International Peace, es un experto en democratización comparada y apoyo internacional a la democracia