La epidemia mexicana

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“Es preferible comerse un taco de frijoles y un agua de Jamaica que una bolsa de papas y un refresco”, dijo ayer la presidenta. Tiene razón… Hace como medio siglo, comenzaron a cambiar, -radicalmente-, los hábitos alimenticios de los mexicanos. El cambio comenzó con el consumo de la coca y pecsi; papitas, sabritones, cereales azucarados del gallo y del tigre Toño; gansitos, pingüinos, barritas, submarinos, napolitanos, panqués con pasas, con nuez y los roles de canela que se convirtieron en los entremeses favoritos de los niños de los años 1960 y 1970. En la década de 1970, llegó a México la sopita de vaso Maruchan; todo un éxito entre los jóvenes trabajadores que buscaban comida rápida, llenadora y barata. La invasión de la comida chatarra no cesó:A mediados de 1980, arribaron las cadenas de hamburguesas, pizas, papas fritas, Nuggets y salchichas que se convirtieron en el alimento cotidiano de grandes y chicos. →Diálogo cotidiano, madre-hijo, de hoy: - ¿Tienes hambre mijo?... ¿Qué quieres comer? -una piza mami… -Ahorita la encargamos… Los nuevos alimentos ultra-procesados, la nueva base de la alimentación de millones de mexicanos, aportan al organismo altas cantidades de grasas saturadas, azucares refinadas, poca fibra y muchos carbohidratos; sacian, llenan, engordan, pero no nutren. Todos estos venenos que consumimos, por ignorancia o comodidad, matan diariamente más mexicanos que el consumo de drogas. Sus consecuencias: la epidemia de adiposidad que padecemos. Somos el segundo país con más gordos o con sobrepeso en el mundo; con todas las consecuencias que acarrea esta epidemia asesina e imparable: Para empezar los problemas cotidianos como caminar, agacharnos, realizar actividades domésticas, ponernos calcetines, bañarnos o tener sexo; para continuar: problemas graves de salud como el reflujo gastroesofágico, apnea del sueño, daño renal, disfunción del páncreas, hígado graso, diabetes, cardiopatías y, en el caso de las niñas, adelanto de la pubertad… Dijo la presidenta, que se prohibirá la venta de comida chatarra a partir de marzo de 2025. Las autoridades reconocieron que, -crece la epidemia de obesidad infantil-, provocada por el consumo en exceso de bebidas azucaradas y alimentos procesados: 15 millones de niños y adolescentes, de entre 5 a 19 años, son obesos o tienen sobrepeso. El gobierno informó que prohibirá la venta de bebidas preparadas y comida ultra-procesada dentro y fuera de las escuelas. ¿De qué servirá la medida? Ojalá sirva de algo. Para detener la epidemia, se tendrían que prohibir la venta de comida chatarra y de refrescos en el país, ¿se imagina? En una escuela, es más sencillo conseguir una soda, que un vaso de agua potable. El decreto, per se, no cambiará el consumo de alimentos chatarra. Mañana les contaremos de una iniciativa de 2006, que hasta donde sabemos está vigente en Baja California, conocida como -La Ley Antichamoy-, que tenía el mismo objetivo: prohibir la venta de la comida chatarra en las escuelas. ¿Qué pasó? No gran cosa…los niños siguen consumiendo comida chatarra y, los escolapios de entonces, de hace 18 años, hoy son adultos atocinados, repolludos o con sobrepeso.