La pobreza de las cifras gubernamentales

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Rodolfo de la Torre El anterior y el presente gobierno han promovido la imagen de una reducción de la pobreza nacional de casi el doble de lo que los datos oficiales establecen. Al recurrir a estimaciones del Banco Mundial, el gobierno mexicano no sólo ha utilizado selectivamente cifras sin confirmar, engañosas y manipuladas, sino que ha abierto la puerta a otros cálculos que le son muy poco favorables. De esta forma, los nuevos datos de pobreza de las Naciones Unidas muestran reducciones minúsculas en la pobreza. Lo primero que hay que aclarar es que la medición de la pobreza es en parte una selección de criterios de lo que ésta significa y en parte procesamiento de información estadística. Las normas oficiales mexicanas para medir la pobreza las establece el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), con lo que se simplifican un gran número de debates acerca de su cálculo. Diversos investigadores e instituciones podrán tener otras formas de concebir la pobreza, pero sólo una es la oficial. La administración pasada, ya casi a su término, decidió difundir cifras del Banco Mundial (Macro Poverty Outlook, 2024) que establecían que entre 2018 y 2023 alrededor de 9.5 millones de personas habían salido de la pobreza, una cifra 86.3% mayor a la del Coneval para el periodo 2018-2022. Por otra parte, en su primer discurso, la presidenta Sheinbaum atribuyó estas cifras a 2024 preguntando “¿Cómo es que 9.5 millones de Mexicanos y mexicanas de acuerdo con el Banco Mundial salieron de la pobreza en tan solo 6 años?”. Una dificultad con estas cifras es que no corresponden a la tasa internacional de pobreza utilizada comúnmente por el Banco Mundial para hacer comparaciones entre todos los países, basada en un ingreso mínimo de 2.17 dólares por persona al día. Bajo esta perspectiva la pobreza disminuyó en México poco más de 800 mil personas entre 2018 y 2022. En vez de ello, el gobierno mexicano seleccionó un umbral de pobreza de 6.85 dólares (Upper-midle income poverty) que le da cifras absolutas más favorables. Aunque pudiera plantearse que el criterio de pobreza que escogió el gobierno mexicano para su publicidad es más cercano a la realidad mexicana, resulta muy cuestionable que, en vez de usar datos, como los de 2022, se haya referido a proyecciones. Tanto las cifras de 2023 como las de 2024 que presenta el Banco Mundial no son definitivas sino estimaciones sin confirmar. De esta forma, el número de personas salvadas de la pobreza según el gobierno mexicano sólo existen como pronóstico, no como un logro real. Más grave, sin embargo, es que las cifras reportadas no son correctas. Ningún cálculo de reducción de pobreza basada en las tasas escogidas y las cifras de población del Banco Mundial arroja una caída de 9.5 millones de personas. Según la ficha de datos para México (https://www.worldbank.org/en/publication/macro-poverty-outlook/mpo_lac) entre 2018 y 2022 la pobreza cayó en 7.9 millones, y de 2018 a 2024, la mayor reducción, en 9.2 millones. El ‘dato’ de caída en la pobreza del gobierno mexicano está inflado. No es posible saber si el Gobierno Federal ha faltado a la verdad ‘sinceramente’ o con dolo. Lo que es claro es que ha decidido ignorar otras cifras de pobreza de organismos internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. En la última actualización de su Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que se basa en carencias de salud, educación y nivel de vida no monetarios, encuentra que la pobreza en México se redujo minúsculamente entre 2016 y 2022 y de hecho aumentó entre 2020 y 2022. De acuerdo al IPM (https://ophi.org.uk/media/46034/download) y las cifras de población reportadas por el Banco Mundial, entre 2016 y 2022 habrían salido de la pobreza en México 3,750 personas, aunque lo grave es que entre 2020 y 2022 aumentó la pobreza en 1 millón 158 mil personas. Estas cifras, todas basadas en datos del gobierno de México, y no en proyecciones, presentan o un estancamiento en términos prácticos del combate a la pobreza de la administración anterior o incluso un franco retroceso. De esta revisión de criterios, cifras y estimaciones de pobreza resultan claras tres cosas: el gobierno mexicano prioriza la propaganda sobre la información oficial, miente sobre la verdadera magnitud de las estimaciones que utiliza y pasa por alto indicadores internacionales sólidos que muestran sus escasos progresos o serios fracasos. Diáfana transmisión de un gobierno a otro de las peores prácticas de rendición de cuentas. * Director de Movilidad Social del CEEY.