Javier J. Navarro (El Blog Salmón) Desde el comienzo de la crisis se ha estado hablando de la forma de la recuperación de la economía. Una recuperación rápida con forma de V, una recuperación lenta con forma de U, una recuperación seguida de otra crisis y a su vez de otra recuperación en forma de W o incluso una no recuperación o muy débil recuperación con forma de L. Tenemos 26 letras en el alfabeto inglés para elegir, por no hablar de otras referencias en nuestra cabeza como el logo “Swoosh” de Nike. Pero lo que algunos afirman que estamos viviendo no es eso, sino una recuperación en forma de K, que supone un desacople de los distintos sectores de la economía, una ruptura económica. Y es que tras la crisis, especialmente en la bolsa de EEUU, se ven ganadores y perdedores. Si por un lado tenemos a ganadores como Amazon, Shopify, Walmart, AstraZeneca, Netflix, Pfizer o Google, también tenemos a perdedores que se están encontrando que su negocio de prácticamente de la noche a la mañana parece no valer nada. Se pasaría de una situación en la que tendríamos a los que tienen y los que no tienen a los que tienen mucho y los que no tienen. Acrecentándose las diferencias. Esto no es nuevo, por ejemplo ya hemos comentado aquí como hay una fuerte diferencia entre países ricos y países pobres en cómo están cambiando tras la pandemia y como las diferencias entre unos y otros parecen aumentar. Una recuperación en forma de K supone que tenemos la economía rota en dos sectores, por un lado están aquellos que pueden seguir funcionando con más o menos normalidad tras la pandemia o en condiciones de pandemia. Principalmente aquellos esenciales o en los que el teletrabajo es posible. Suzanne Clark, presidenta de la Cámara de Comercio de EEUU, divide en un post en el blog de dicha institución en dos sectores. Los que se están recuperando (Tecnología, Retail, Servicios de Software) y los que siguen cayendo (Viajes, Entretenimiento, Hotelería y Servicios relacionados con la preparación de la comida, tal como restaurantes, catering o concesiones de cafeterías y cantinas para empleados). Es decir, tenemos por un lado la de los sectores capaces de teletrabajar y servicios esenciales y por otro aquellos que necesitan interacción social y no son tan importantes o necesarios de primeras. Según Clark, en EEUU hay cuatro millones de pequeños negocios, el 13% de los 31 millones de pequeños empleadores en EEUU, que han agotado las ayudas que se les dieron para mantenerse a flote y que necesitan ayuda. Esto se aprueba por el 82% de los votantes. Es decir, si el paquete de recuperación de Trump era enorme, puede que se haga más grande todavía. Una recuperación en forma de K supone un fuerte desacoplamiento e incremento de la desigualdad en la economía. Esto ya lo vimos en junio, cuando se comprobó como el precio de la vivienda estaba bajando más en los barrios más humildes, frente a mantenerse o casi hacerlo en los más ricos. Estaba claro que la crisis iba por barrios. Según cuenta Barry Rithold en Bloomberg, esto se acumula a décadas de desigualdad creciente en EEUU, no siendo una situación nueva. Por otro lado no creo que sea sostenible que haya una parte de la economía floreciendo y otra parte de la economía decayendo, en algún momento el sector que sube tirará del que baja o viceversa. La economía no son compartimentos estancos.