La relación económica entre México y California desde el 2000 hasta el 2025 se ha caracterizado por una extraordinaria integración económica en materia de comercio, inversión y coordinación, en gran parte impulsada por acuerdos comerciales y la interconexión de las cadenas productivas. Desde la implementación del TLCAN o NAFTA en 1994, México se consolidó como uno de los principales socios comerciales de California. Durante este periodo, el intercambio de bienes se expandió significativamente. California ha dependido de México no solo como fuente de insumos para su manufactura, sino también como un mercado vital para sus exportaciones. Por ejemplo, datos compilados en informes de la Asamblea de California indican que México es el principal destino de productos fabricados en el estado, lo que ha generado miles de empleos y reforzado la interdependencia bilateral en sectores claves de la economía. La relación no se limita al comercio de bienes; los flujos de inversión entre ambas regiones han sido notablemente activos. Empresas de California han establecido operaciones en México, sobre todo en el sector manufacturero, aprovechando ventajas competitivas como costos laborales y una ubicación estratégica para distribución. Al mismo tiempo, hay instalaciones de empresas mexicanas en California que buscan ampliar su presencia en el mercado norteamericano. Esta dinámica ha favorecido el intercambio tecnológico y la innovación, reforzando la integración a lo largo de la última década y media. Los acuerdos como el TLCAN o NAFTA y, más recientemente, el T-MEC o USMCA han sido fundamentales para estructurar y facilitar este vínculo económico, al reducir barreras arancelarias y promover un marco predecible para los negocios. Dichos acuerdos han permitido a ambos lados de la frontera ajustar sus estrategias comerciales e invertir de manera más segura en proyectos de largo plazo, lo que ha contribuido a la consolidación de una economía regional interdependiente, a pesar de los desafíos políticos y económicos que han surgido en distintos momentos entre el 2000 y el 2025. Si bien la integración y el crecimiento económico han sido constantes, el periodo también ha presentado desafíos. La evolución económica de México, evidenciada en informes recientes, muestra señales mixtas en ciertos sectores, con crecimientos moderados en áreas como la agricultura y retraimientos en otros como el manufacturero o de servicios. Estos cambios macroeconómicos pueden influir en el intercambio comercial y la inversión bilateral, obligando a ambas partes a adaptarse continuamente a un entorno global en transformación, caracterizado por innovación tecnológica, cambios en la demanda global y ajustes en las políticas comerciales de 2025. *** Profesor Investigador en Economía Internacional en el Colef. Distinguido miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) y ahora en la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti).