Durante la tarde noche del jueves 29 y el viernes 30 de septiembre, en Palacio Nacional fueron estremecidos por un tremendo bombazo informativo que se dio a conocer por el controvertido periodista y escritor Carlos Loret de Mola y que de inmediato fue replicado en los medios de comunicación y en las redes sociales. Resulta que un grupo de Hackers (que son una especie de “piratas informáticos” con grandes conocimientos en la materia y con capacidad para acceder a los sitios informáticos más sofisticados del mundo) habían logrado “hackear” nada menos que a la Secretaría de la Defensa Nacional SEDENA, accediendo a información altamente confidencial acerca de lo que acontece en las entrañas del poder militar y particularmente en el entorno personal y privado del presidente López Obrador. Lo dado a conocer por Loret de Mola de acuerdo a lo filtrado por ese grupo de espías cibernéticos, entre otras cosas hace énfasis en el estado de salud del presidente López Obrador, en el sentido de que está sumamente delicado y que presenta un cuadro de problemas serios de diversa índole en su estado físico. Se pensó en un principio cuando la noticia empezó a correr como reguero de pólvora que era una fake news; esto es, que era una noticia falsa, pero en la mañanera del mismo viernes 30 de septiembre por boca del propio AMLO, la información fue avalada por él mismo al reconocer que, en efecto, está seriamente enfermo y que le aquejan varios problemas de salud. Por increíble que parezca el presidente López Obrador reconoció algo por primera vez. Aunque trató de disimular y hasta de sonreír escudándose una vez más en las canciones del desaparecido músico Francisco José Hernández Mandujano, mejor conocido como “Chico Ché”, al presidente se le vio muy deteriorado físicamente, más lento de lo acostumbrado, balanceándose constantemente y con la mirada perdida, como divagando y con pausas más prolongadas de las que siempre hace al hablar. La salud de un presidente de la república, quien quiera que sea, es siempre un asunto de seguridad nacional; un asunto de estado y por lo mismo debe ser vista y tratada como algo de interés nacional. Se ha especulado que al presidente López Obrador frecuentemente lo visitan médicos cubanos y de Estados Unidos de alta escuela, quienes le administran un tratamiento especial para atenderle diversos problemas, entre ellos del corazón y de la columna vertebral, así como otros suministros y tratamientos especiales encaminados a proporcionarle energía y vitalidad para realizar su trabajo. Esta especie de leyenda urbana no había sido del todo confirmada, aunque tampoco negada, pero con lo sucedido ahora a raíz del hackeo a la SEDENA se reconoció en voz del propio presidente que en realidad sufre de varios problemas de salud. Habrá que recordar cuando se dijo el 25 de enero del 2021 que al presidente le había dado Covid y que fue sacado de circulación por dos semanas y justo al año siguiente, en enero de nuevo pero del 2022 fue cuando se anunció que le volvió a dar Covid. Así se dio a conocer oficialmente en su momento. Valdría recordar también lo del cateterismo presidencial y que se manejó como “una revisión médica de rutina”. De la misma forma recordar los pre-infartos que le han dado ya en varias ocasiones y especialmente los diversos desvanecimientos que López Obrador tuvo durante la campaña presidencial en el 2018, mismos que se le atribuyeron como producto del agotamiento físico derivado de la intensidad de las giras y de los múltiples actos que tenía por toda la geografía del país. Sobre el escándalo del hackeo a la SEDENA y la información que hasta hoy se ha dado a conocer, se ha especulado también que igual podría ser un montaje y una simulación o cortina de humo para desviar la atención del desastre nacional que existe en materia de seguridad y que estaría orquestado desde la propia entraña del poder. Pero es solo una especulación y una hipótesis de los oráculos de la política, pues se argumenta que López Obrador nunca ha reconocido nada que le sea adverso, ni siquiera el error más mínimo y que en esta ocasión sí lo hizo y lo aceptó con demasiada facilidad y tranquilidad, como si fuera algo estudiado y acordado previamente. ¿Será la idea hacerlo un mártir? Como quiera que haya sido, los últimos días de septiembre de este año 2022 no fueron nada agradables para el presidente López Obrador y por primera vez se le vio vulnerable y para ejemplo los siguientes casos: -Los grupos de feministas otra vez lo pusieron a temblar en el Palacio Nacional que lució amurallado e impenetrable de nuevo. -El caso Ayotzinapa se le volteó y parece alcanzarlo con las declaraciones del GIEI en contra del Ejército Mexicano, de este que es el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes que llevan a cabo una investigación paralela sobre los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala Guerrero el 26 y 27 de septiembre del año 2014. -Y sobre este mismo tema, las protestas de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos contra el gobierno de López Obrador, que todo indica que también se le voltearon ya a los de la 4T. -El increíble hackeo a la SEDENA y las revelaciones que han salido a la luz y las que se supone están por salir, que se dice serán verdaderas bombas molotov. -Y por si fuera poco, el adelanto de un libro -que ya está agotado en la fase de pre-venta al público- denominado “El Rey del Cash”, donde se describen al detalle las formas en que opera la recolección de dinero al interior del círculo cercano a López Obrador y ya como grupo en el poder, libro escrito por Elena Chávez, quien fuera pareja por varios años de César Yáñez, uno de los colaboradores más íntimos y consentidos de AMLO, y prologado también por la escritora y periodista Anabel Hernández. En lo dicho. Semana negra para el presidente López Obrador y todo indica que vendrán también días y tardes negras…como dice la canción del italiano Tiziano Ferro. Habrá que abastecerse con tiempo de suficientes palomitas, sodas y todo tipo de garnachas y chuchulucos porque la función se pondrá todavía peor de buena…