La transformación digital en tiempos de pandemia

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Teletrabajo, comercio electrónico, economía digital. La emergencia sanitaria aceleró los procesos de transformación que ya estaban en marcha en los países de la región. Como lo explica la Secretaría Técnica eLAC-CEPAL, “las empresas tuvieron que adaptarse en un plazo muy corto a las medidas de distanciamiento social y digitalizar sus procesos y operaciones de negocio. Por otra parte, durante este periodo los consumidores aumentaron sus compras en línea y modificaron sus hábitos de consumo”. Los datos son elocuentes. Durante el segundo trimestre del año, los miembros de LACTLD tuvieron el mayor pico de crecimiento trimestral desde 2016. En abril, registraron un crecimiento interanual que superó en 24 puntos porcentuales al de 2019, mientras que en mayo la diferencia fue de 64 puntos, y en junio, de 57. Así, durante la pandemia, se registraron más de 740 mil dominios en la región. “Bajo el escenario anterior a la crisis, se habría pensado que llevaría más de dos años alcanzar los niveles de digitalización y transformación digital que hoy tenemos debido a la pandemia”, subraya Ernesto Bojórquez. “De acuerdo con MercadoLibre, una de las plataformas más populares de comercio electrónico en la región, entre finales de febrero y principios de mayo sus pedidos tuvieron un crecimiento del 80% en promedio (en algunos países esta cifra alcanzó el 125%). Asimismo, en este periodo los nuevos compradores en esta plataforma aumentaron en un 45%. El aumento de la popularidad de las plataformas y los servicios para facilitar el teletrabajo es otro indicador relevante. El tráfico web a sitios de este tipo de servicios (ej. Zoom, Webex, Google Meet) aumentó en un 370% entre febrero y marzo”, señala eLAC-CEPAL. UN IMPACTO DESIGUAL Sin embargo, el crecimiento digital no ha sido parejo en todos los rubros ni en todos los países de Latinoamérica. Raúl Echeberría, director de ALAI, advierte que “cuando se habla de economía digital o de plataformas, estamos hablando de realidades muy variadas. Si bien, sin duda, el comercio electrónico en general ha tenido un crecimiento explosivo, no todos los rubros se han impulsado de la misma manera”. Cuando hablamos de economía digital, las realidades son muy variadas. De acuerdo con Raúl Echeberría, “si bien, el comercio electrónico en general ha tenido un crecimiento explosivo, no todos los rubros se han impulsado de la misma manera”. El crecimiento no ha sido igual en todos los sectores ni en todos los países latinoamericanos. La crisis por el Covid-19 agravó las diferencias estructurales preexistentes entre países y sectores con distintos grados de digitalización. En este sentido, Raúl Echeberría distingue tres grandes falencias en la región: conectividad, habilidades digitales e inclusión financiera digital. Veamos en detalle cada una de ellas: Casi el 40% de la población de Latinoamérica no tiene acceso a Internet o cuenta con una conectividad muy limitada. Un dato que debe preocuparnos ya que, en palabras de Raúl Echeberría, “sin conectividad de calidad no hay transformación digital posible”. Una reducida cantidad de trabajadores puede realizar teletrabajo ya sea por el tipo de tareas, por la poca digitalización de la empresa o por la falta de habilidades digitales. Esta brecha refleja las dificultades que tienen gran parte del sistema productivo y las personas para continuar con sus actividades económicas y generación de recursos. Así como también, la continuidad de otras actividades importantes como servicios públicos, salud y educación. Solamente una minoría tiene acceso a una tarjeta de crédito o a algún medio para pagar en línea en algunos países, incluso en los más grandes de nuestra región. Esto, advierte Raúl Echeberría, “constituye una barrera para el desarrollo del comercio electrónico”. POLÍTICAS PÚBLICAS Frente a la crisis, los gobiernos de la región debieron adoptar diversas medidas respecto al uso de tecnologías. En opinión de Raúl Echeberría, muchos países “se han dado cuenta de que sus regulaciones no sólo no son acordes a las necesidades que impone la pandemia, sino que tampoco son apropiadas para el desarrollo de la economía digital”. Algunos ejemplos de estas situaciones son la revisión de normativas que obstaculizan el teletrabajo y las iniciativas para mejorar el acceso a Internet, principalmente en materia de educación y salud. A su vez, los gobiernos de la región han desarrollado sus propias herramientas digitales, como aplicaciones móviles, para dar respuesta a la pandemia. No obstante, cabe destacar que las iniciativas de reactivación deben prestar especial atención a resolver problemas fundamentales de la promoción del comercio electrónico, la digitalización de la producción, las capacidades de las empresas y la ciberseguridad; así como también propiciar una infraestructura digital y un marco normativo adecuado. OPORTUNIDADES A pesar de la crisis económica, este es un momento crucial para que los gobiernos y los diversos sectores de la economía aprovechen el impulso de la aceleración digital para insertarse en el mundo. Para Raúl Echeberría, “sin desarrollo digital, no hay posibilidades de recuperación y desarrollo económico”. Por eso, es imprescindible que las políticas públicas sean consistentes en la búsqueda de esos objetivos y respalden los ciclos de innovación. La transformación digital representa una oportunidad para impulsar la economía de los países latinoamericanos. Una gran cantidad de empresas pueden comenzar a participar en la economía digital ya que, si bien se requiere infraestructura y conocimiento, no se necesita de capital de forma intensiva. Por eso, la tecnología será determinante en la recuperación productiva. En palabras de Raúl Echeberría: “la lección que podemos tomar hoy de la pandemia es que la transformación digital es posible y es real”. No obstante, las oportunidades de innovación vienen acompañadas de desafíos muy concretos para América Latina: Precisamos trabajar para que no se profundicen las brechas económicas y digitales existentes. Es fundamental evitar retroceder en los logros de las últimas décadas. Debemos repensar los modelos regulatorios según las diferentes situaciones en las que se encuentra cada país y sector. Los desafíos no son los mismos para todos en la región, por eso el ajuste debe tener en cuenta nuevas realidades. También necesitamos reconsiderar los modelos regulatorios para que puedan ofrecer un marco normativo que complemente e impulse el proceso de transformación digital. Para concluir, Raúl Echeberría sostiene que “la necesidad de recuperación económica en el corto plazo es apremiante, pero tenemos que hacer que esa recuperación sea consistente y no contradictoria con nuestros objetivos estratégicos de desarrollo digital. Las oportunidades para la región son enormes, y tenemos que estar preparados para aprovecharlas”.