Las dos claudias

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¿Cuál es la verdadera Claudia? ¿La que usa las “mañaneras” para reciclar las amenazas del obradorato y seguir dividiendo al país o la que dice gobernar para todos los mexicanos? ¿Con cuál nos quedamos? ¿Con la que abre las puertas a la inversión, se sienta a negociar con los empresarios o con la que cierra la puerta a la oposición porque ella sólo dialogará con el “pueblo”? ¿Cuál es la verdadera? ¿La sensata que evita pelarse con Trump, el elefante en la sala, o la ideóloga que interpreta la realidad al gusto del cuatroteísmo para decir mentiras? ¿Cuál es la Claudia de a deveras ¿La que aplaude y festeja disminuir la inversión privada en la CFE y en Pemex o la que trata de convencer a los extranjeros de que inviertan en México? ¿Cuál de todas es la auténtica? ¿La que utiliza la soberanía para agradar a sus seguidores o la que cede a las presiones de Estados Unidos para evitar sanciones económicas que lleven al obradorato a la debacle? Esas dos Claudias van a entrar en crisis. La apertura económica y el autoritarismo político no son buenos amantes, no pueden dormir siempre en la misma cama. La pregunta es: cuál de las dos Claudias va a ganar. Esta semana las vimos actuar a las dos. La Claudia autoritaria no sólo se negó a asistir al segundo informe de la ministra presidenta de la Corte, Norma Piña, sino que utilizó el pulpito inquisitorial de las “mañaneras” para dejar en claro que está rota la relación con el Poder Judicial. La Claudia del obradorato sigue insultando a jueces, ministros y magistrados, insiste en defender la reforma judicial, aún y cuando sabe que no podrá hacerlo por mucho tiempo. La realidad la está alcanzando. Se lo dijo con todas sus letras el embajador de Estados Unidos Ken Salazar: “La reforma judicial es un riesgo para la democracia y una amenaza para la integración económica”. ¿Cuál de las dos Claudias sobrevivirá? ¿La que asegura estar dispuesta a combatir la violencia, la que hace un llamado a los mandatarios locales a “tomar cartas” para resolver la inseguridad o aquella que protege a gobernadores como Rubén Rocha de Sinaloa y Evelyn Salgado de Guerrero amparados por el crimen organizado? Los personajes que integran el Gabinete de seguridad de Trump son un claro mensaje para Sheinbaum: No solo México es un problema de seguridad para Estados Unidos, también lo es la 4T por la protección que da al crimen organizado. ¿A cuál de los dos Claudias van a tolerar los norteamericanos? ¿La que da golpes espectaculares contra el tráfico de fentanilo para tener contentos a los socios o la que está obligada a mantener intocable la red de intereses que construyó su jefe político con los cárteles? El nombramiento del próximo embajador de Washington, en México, Ronald Johnson, militar, agente de la CIA, lo dice todo: No vamos a permitir que México siga siendo un paraíso de protección e impunidad para los delincuentes. ¿Cuál de las dos Claudias los va a combatir? ¿La de López Obrador o la que México necesita? Tener una presidenta partida en dos va a ser dentro de muy poco insostenible. Tendrá que optar por seguir siendo la Claudia de López Obrador o la Claudia que le exige la realidad y la nación.