Los fantasmas pasados

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El pasado lo acosa, lo persigue, lo cerca; se pega a su alma como una sanguijuela a la carne entreabierta. El pasado es el culpable, “de todas sus angustias y todos sus quebrantos…”. Los fantasmas de las navidades pasadas son los culpables de todo lo malo que le pasa. Los fantasmas de Colón, Cortés, Lucas Alamán, Porfirio Díaz, Salinas, Fox, Calderón… El único pasado, que le provoca dulces inquietudes, es el de los Aztecas, Hidalgo, Juárez, Madero y, el del nacionalismo revolucionario, cuando conoció a Ignacio Ovalle, su mentor y encarnación de la pureza. Fuera de ahí, el pasado es el demonio y, si las cosas no le han salido bien, no es por su culpa, es responsabilidad del pasado. ¿Por qué mataron a Hipólito Mora? -Por el pasado, por la guerra de Calderón. ¿Por qué han asesinado 159 mil mexicanos en el sexenio? -Je, Je, es culpa de Calderón. ¿Yo qué culpa tengo? ¿Por qué secuestraron a 16 empleados de seguridad pública en Chiapas? -Pregúntenle a Calderón. Yo, los voy a acusar con sus papás y con sus abuelos, pa’ que se les quite. ¿Por qué no pudo pacificar al país? -Por Calderón… no me dejó. Monserrat se fue al Cuartel… -El culpable es Calderón, ella es una santa. Salinas, Fox y Calderón, son los culpables de que no haya medicamentos para niños con cáncer, de no tener un sistema de salud como en Dinamarca, ser uno de los países más corruptos del mundo y el robo en SEGALMEX. Ese trío diabólico es culpable hasta de que Claudia Sheinbaum, Marcelo y Adán parezcan muertos en vida y causen somnolencia cuando empiezan a hablar. Hay un pensamiento que, erróneamente, se le atribuye a Ángela Merkel, que viene como anillo al dedo en estos primeros cinco años de gobierno: “Los presidentes no heredamos problemas. Se supone que los conocemos de antemano. Por eso se hacen elegir con el propósito de corregir dichos problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”.