Crisis es una interrupción en la continuidad de un proceso, a partir de la cual, si éste prosigue, lo hace de manera diferente a como lo había hecho hasta entonces. Crisis es un cambio. México, vive una crisis constitucional que lo puede llevar a otro tipo de crisis, para las cuales, no estamos preparados. Esas posibles crisis, no las ven en su horizonte la presidente y sus corifeos, quienes, como chivas en cristalería, acabaron con la autonomía del poder judicial y la carrera judicial. Con la reforma, el sistema judicial, -su estructura y funcionamiento-, serán totalmente diferentes y funcionarán, ¿para bien o mal?, con las nuevas normas impuestas por Morena. De ahora en adelante, los jueces serán los políticos de la toga y tendrán, necesariamente, que meterse a la política. Serán los nuevos politicastros, palomeados por el partido para contender por los nacientes cargos de elección popular. Los impartidores de justicia no podrán apartarse del «interés público»; concepto relativo, ambiguo, subjetivo; que será definido e interpretado políticamente por el ‘comité de vigilancia’, -una especie de Tribunal del Santo Oficio-, que controlará la actuación y sentencias de los jueces. El sistema judicial ya no estará separado del resto del sistema político; todo lo contrario, se va a subordinar a la política mexicana. Los jueces, magistrados y ministros, cuya actuación estará vigilada por los Inquisidores, van a impartir justicia sin la serenidad, imparcialidad y necesaria adhesión a las normas jurídicas. La autonomía del poder judicial y el equilibrio de poderes se acabó en México. En unos meses, la función judicial, estará sujeta a las instrucciones y coerción del poder político. Caímos en el peligro de la politización de la justicia, ante el cual, el sistema judicial ya no tiene medios de defensa. La presidente y senadores como Ricardo Monreal o Adán Augusto López, podrán influir sin recato en las decisiones de magistrados y jueces. Como dicen por ahí, ‘el horno no está para bollos’ y, Claudia y los supremacistas siniestros lo siguen atizando. La actual crisis constitucional puede desembocar en otro tipo de crisis…un dato del Seguro Social: De enero a agosto el saldo de apertura y cierres de es una reducción de 6 mil 330 empresas formales en México. La colectividad, -los mexicanos-, nos encontramos en estado de anomia, en la que todo parece carecer de sentido… otro día abordaremos ese concepto de la ANOMIA COLECTIVA. Imagen: José Antonio Garci en redes.