Los problemas del país no son culturales

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Existe un largo debate sobre si los problemas del país son estructurales o culturales. Recordemos, por ejemplo, la declaración de Enrique Peña Nieto, donde afirmó que la corrupción en el país era un problema “cultural”, causando un entendible furor. Por lo anterior, cabe la pregunta, ¿tienen una solución estructural o cultural los problemas del país, como la inseguridad, la corrupción y la pobreza? El enfoque estructural analiza los fenómenos sociales desde los sistemas de poder, así como los cambios a nivel macro. Por otra parte, el enfoque cultural los aborda desde la perspectiva del individuo, poniendo énfasis en la agencia humana. Es decir, la aproximación estructural tieneun enfoque de arriba hacia abajo, mientras que la aproximación cultural tiene uno de abajo hacia arriba. Los problemas sociales, así como sus soluciones, generalmente tienen algo de ambos mundos. Una parte considerable de la solución de los problemas del país parece pasar por un enfoque estructural. En materia de inseguridad, tenemos un déficit considerable de policías, fiscalías, juzgadores y sistemas penitenciarios, por lo que la solución implicaría un mayor número y profesionalización en las cuatro áreas mencionadas. En corrupción, tenemos asimismo rezagos importantes en las llamadas “cuatros patas”: auditoría interna (la ahora Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno), auditoría externa (la Auditoría Superior de la Federación), sanciones penales (Fiscalía General de la República), y sanciones administrativas (Tribunal Federal de Justicia Administrativa). Y en combate a la pobreza, el apoyo del gobierno resulta fundamental, manifestado a través de las diversas instituciones que manejan los programas sociales. Al menos que alguien crea que las soluciones más eficaces pasan por una campaña de “abrazos, no balazos” para combatir la inseguridad, o por apelar al carácter moral de las personas para erradicar la corrupción, o por repartir dinero sin condicionamiento alguno para terminar con la pobreza, entonces las soluciones a estos problemas son fundamentalmente estructurales. El enfoque de López Obrador fue predominantemente cultural, y por eso su fracaso, a excepción del tema de la pobreza, el cual tuvo un éxito pasajero que ha terminado por ser insostenible (porque las alzas al salario mínimo ya no dan para más, porque hubo recortes enormes en áreas fundamentales como la salud, porque no hubo crecimiento económico, y porque se elevó considerablemente el déficit y la deuda). El problema es que, nuevamente, no hay un enfoque estructural bajo la administración Sheinbaum ante la considerable destrucción institucional y los fuertes recortes presupuestales (basta ver lo que sucede hasta en el Servicio Exterior Mexicano, donde la presidenta no ha removido a Esteban Moctezuma de la embajada de Estados Unidos porque no tiene dinero para finiquitarlo). En la única área que hay un esfuerzo institucional es en seguridad, donde hay un claro rompimiento con López Obrador. La agencia humana indica que la gente puede alzar la voz, acudir a votar y movilizarse a través de organizaciones de la sociedad civil para impactar positivamente. Que hay espacio para el mejoramiento cultural de millones de mexicanos. Sin embargo, la principal responsabilidad la tienen nuestros liderazgos políticos, y son ellos quienes deben impulsar soluciones estructurales que impacten de manera rápida, fuerte y positiva al país.Empero, habrá una profundización de las políticaslópezobradoristas, con la consiguiente intensificación de los problemas nacionales. TikTok: @mxpatriota Twitter: @FernandoNGE