Los temas económicos más relevantes en la relación México–Estados Unidos en 2025

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La relación económica entre México y Estados Unidos en 2025 se encuentra en un punto crítico. Factores como las tarifas de Trump, las reformas constitucionales en México, la revisión del T-MEC y el fenómeno del nearshoring han reconfigurado el panorama bilateral. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) enfrenta su primera revisión formal en 2026, pero ya en 2025 se anticipan presiones políticas y comerciales. Trump ha amenazado con imponer aranceles si México no controla el flujo migratorio y de drogas. México depende del T-MEC para más del 85% de sus exportaciones, lo que lo hace vulnerable a cualquier renegociación. La relocalización de empresas hacia México ha sido vista como una oportunidad para fortalecer la manufactura y atraer inversión extranjera directa (IED). Sin embargo, la incertidumbre política y la falta de infraestructura han frenado su consolidación. Se estima que el nearshoring contribuirá con solo 0.2% al PIB en 2025, aunque podría crecer en 2026. La inversión privada se ha estancado debido a la incertidumbre jurídica y conflictos en sectores estratégicos como energía. La informalidad laboral afecta a más del 55% de la población económicamente activa. México enfrenta un déficit fiscal superior al 4% del PIB, y la deuda pública podría superar el 50%. Existe el riesgo de que México pierda el grado de inversión si dos agencias crediticias degradan su calificación. Las tensiones con EE.UU. por la política energética mexicana han generado fricciones en el marco del T-MEC. Esto podría afectar sectores clave como el automotriz y el electrónico, que dependen de energía competitiva. México enfrenta cuellos de botella en puertos, carreteras y transporte ferroviario. La falta de infraestructura moderna limita el potencial del nearshoring y encarece el comercio bilateral. Se requieren inversiones estratégicas para mejorar la conectividad con EE.UU. La elección de jueces por voto popular y la eliminación de organismos autónomos como Cofece e IFT han sido señaladas como riesgos institucionales. Moody’s y Morgan Stanley han advertido sobre el debilitamiento del estado de derecho y su impacto en la inversión. Aunque no es estrictamente económico, la migración tiene efectos directos en el mercado laboral y en las remesas. Las amenazas de Trump de condicionar el comercio a políticas migratorias endurecen la relación bilateral. Las remesas siguen siendo una fuente clave de ingresos para millones de familias mexicanas. El comercio exterior representa más del 70% del PIB mexicano. Las exportaciones manufactureras crecieron 12% en 2024, pero enfrentan riesgos por aranceles y tensiones políticas. México debe diversificar sus mercados y fortalecer su competitividad para reducir su dependencia de EE.UU. La relación económica México–Estados Unidos en 2025 está marcada por incertidumbre política, tensiones comerciales y oportunidades estratégicas. México debe apostar por una reforma fiscal progresiva, mejorar su infraestructura logística, y garantizar un clima institucional sólido para atraer las inversiones. El nearshoring y el T-MEC ofrecen oportunidades, pero requieren estabilidad política y visión de largo plazo. La consolidación fiscal y la revisión del tratado comercial serán determinantes para el futuro económico de México en 2025 y 2026. **** Profesor Investigador en Economía Internacional en el Colef. Distinguido miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) y ahora en la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti)