Durante las últimas 5 ó 6 décadas hemos vivido de la simulación. Que si se trabaja se mejora, pero la realidad, la cruel y nada complaciente realidad nos dice que el entorno que rodea a los mexicanos es cada vez es peor. Leyendo unos pensamientos en las redes sociales encontré estos que bien sirven para darnos claridad de por qué estamos como estamos: “Estúpidos es saber la verdad, ver la verdad, pero seguir creyendo las mentiras” y esto se debe a que “De tanto ahorrar en educación, nos hemos hecho millonarios en ignorancia”, lo anterior se ha logrado, en parte, mediante las dádivas (“ayudas”) que el gobierno da los más necesitados. En poco más de medio siglo, economías mucho menos productivas y competitivas han superado con mucho sus rezagos y carencias para posicionarse como verdaderos líderes en diversos aspectos de bienestar, tanto humano, animal y ambiental. México al contrario. mucho habla promete y dice, pero la realidad nos indica que cada vez estamos más carentes de esos mismos aspectos. Nos hemos vuelto expertos simuladores, presumimos lo que no tenemos, engrandecemos lo que hacemos, pero como el traje del emperador, cualquier persona libre de pensamiento se da cuenta de que no es real lo que decimos de nuestros logros y avances como país. Cierto es que no existe una nación perfecta, los choques culturales, ambiciones, política regionalista, han hecho de este nuestro mundo un lugar de eternos conflictos, pero México ha abusado con la simulación de que actúa y ha logrado avances, basta con revisar nuestro desempeño en seguridad, narcotráfico, crimen organizado, nivel de educación de nuestros estudiantes, autoridades públicas y privadas que no oyen, ni dicen ni ven por lo que, no hacen, el renglón de la salud y la calidad de vida en general empeoran con el pasar del tiempo. Un claro y triste ejemplo es el revuelo, circo, ilegalidades, ignorancia y corrupción que rodea al proceso de votación para la revocación de mandato del presidente a realizarse este 10 de abril de 2022, la historia ¿Cómo lo irá a tomar? Broma, fraude, insulto, no sabría decirlo, pero me hace recordar como un estudiante europeo se mostraba incrédulo en clases en una universidad mexicana cuando se le explico que era y cómo funcionaba el modelo de los ejidos, simplemente creyó que se estaban burlando de él, y más cuando se le explico el fracaso del campo mexicano, se repite la historia, creo. La simulación es como un globo, se infla y se ve muy bonito, atractivo, pero llega un momento que explota, ya lo hemos visto los mexicanos, mejor sería actuar para alcanzar lo que se pregona que tenemos.