La presidenta promete credencializar a los beneficiarios del IMSS-Bienestar y que se puedan atender en clínicas del IMSS o el ISSSTE. No le avisaron que Morena aprobó su reforma con $0 de inversión. Habrá más saturación, cirugías pospuestas y médicos exhaustos por las cargas de trabajo que se incrementan cada día. Habrá más población por atender en el IMSS o el ISSSTE con los mismos recursos que hoy tienen saturados los hospitales y los almacenes de medicamentos vacíos. Morena ha debilitado el sistema público de salud con recortes y sub ejercicios de gasto. En 2012, el sistema público de salud invertía $6,273 por persona sin seguridad social, cifra que cayó a $4,490 en 2025 tras la desaparición del Seguro Popular, un retroceso que perjudica a los más pobres. Como consecuencia, 24 millones de mexicanos quedaron sin acceso a servicios de salud. Ante el fracaso del IMSS-BIENESTAR, Claudia pretende que los trabajadores que pagan sus cuotas al IMSS o al ISSSTE absorban el costo de atender a la población sin seguridad social. El IMSS está utilizando las reservas financieras de sus trabajadores para cubrir gastos. Ya lo vimos con la desaparición del Programa IMSS-Bienestar (COPLAMAR), cuando mandaron a 11 millones de usuarios sin seguridad social al IMSS ordinario, con cargo a las reservas financieras que se integran con las aportaciones de los trabajadores. Otro caso es el Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío (HRAEB), administrado por IMSS-Bienestar y que opera apenas al 30% de su capacidad. Esta negligencia ha negado el acceso a la salud a miles de personas y ha causado una saturación crítica en los hospitales de estados como Guanajuato, Aguascalientes y Jalisco, donde la población busca una mejor atención en los hospitales locales, ya que no están controlados por la federación. Por lo anterior, hicimos propuestas de modificación, que no fueron atendidas por Morena. Pero seguiremos insistiendo por el bien de los servicios de salud: -Es necesario establecer un plazo de 180 días para que la Secretaría de Salud emita las Reglas de Operación para los convenios de intercambio de servicios. Esto asegura que la política de intercambio de servicios (establecida en el cuerpo de la reforma a la Ley General de Salud) se convierta en una realidad práctica y accesible para la población. -Es necesario contemplar la estimación de la demanda de pacientes en cada institución, los costos unitarios de cada intervención médica y el mecanismo de pago de servicios entre instituciones. Sin esta planeación, el sistema colapsaría o generaría déficits insostenibles, garantizando así la reciprocidad y el equilibrio económico entre las instituciones que prestan y reciben el servicio. -También es necesaria la prohibición de usar las reservas financieras del IMSS y del ISSSTE para pagar estos convenios. Con ello, se evita que la nueva política de intercambio ponga en riesgo la solvencia futura y el cumplimiento de las obligaciones de seguridad social (pensiones y prestaciones) con sus derechohabientes. -Se considera indispensable incluir la posibilidad de hacer uso de los recursos del Fondo de Salud para el Bienestar en casos de enfermedades de alto costo fuera del IMSS-BIENESTAR, es decir, en el IMSS o ISSSTE. Lo anterior, con el propósito de garantizar la continuidad y calidad de la atención, evitando que la falta de capacidad del IMSS-BIENESTAR detenga el tratamiento de personas sin seguridad social. -Finalmente, es oportuno establecer la posibilidad de que las entidades no adheridas al IMSS-BIENESTAR tengan la posibilidad de incorporarse al modelo de intercambio mediante convenios específicos. Imagen: The Economy Journal.