El año 2026 marca un punto crítico para la relación económica entre México y Estados Unidos debido a la revisión obligatoria del T‑MEC, programada para el 1 de julio de 2026, cuando los tres países deberán evaluar su funcionamiento y decidir si extienden su vigencia por 16 años adicionales. Esta revisión no implica necesariamente una renegociación completa, pero sí abre la puerta a presiones, ajustes y posibles tensiones comerciales. Las perspectivas económicas y comerciales para 2026 están determinadas por tres factores principales. La dinámica política en Estados Unidos, la postura negociadora de México, y los sectores estratégicos que podrían verse afectados. Se anticipa un escenario de presión intensa, especialmente en temas como las reglas de origen automotrices, condiciones laborales, producción dentro de Norteamérica y cumplimiento de compromisos ambientales. Washington buscará reducir sus déficits comerciales y fortalecer la producción regional, lo que podría traducirse en exigencias más estrictas para México. Aunque la posibilidad de una ruptura es baja, el riesgo de amenazas arancelarias o medidas unilaterales durante la negociación es real, como parte de la estrategia estadounidense para obtener concesiones. La presidenta Claudia Sheinbaum ha expresado una postura optimista respecto a los avances en la revisión con Estados Unidos y Canadá, señalando que los diplomáticos ven con buenos ojos el proceso. El gobierno mexicano también ha señalado la importancia de una participación pública amplia, permitiendo que sectores productivos expresen preocupaciones y propuestas durante la revisión. A pesar de las tensiones, el comercio entre México y Estados Unidos seguirá creciendo. México ha sido uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos en los últimos años, y la integración productiva hace que una ruptura sea altamente costosa para ambos. La revisión del T‑MEC genera incertidumbre temporal, pero también puede atraer nuevas inversiones si se fortalece el marco regulatorio, impulsar relocalización de empresas asiáticas hacia México y consolidar a México como plataforma exportadora hacia Estados Unidos. Las perspectivas económicas y comerciales entre México y Estados Unidos en 2026 estarán marcadas por una renegociación compleja, pero con amplias posibilidades de fortalecimiento del T‑MEC. Aunque habrá presiones y tensiones, la interdependencia económica y la necesidad de estabilidad regional hacen probable que el tratado se mantenga y se modernice. México deberá combinar estrategia y diplomacia para proteger sus intereses, aprovechar el Nearshoring y consolidar su papel como socio clave de Estados Unidos en la economía norteamericana del futuro. ***Profesor Investigador en Economía Internacional en El Colef. Distinguido miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores. Ha sido también profesor en la Universidad Iberoamericana, CISE, “fellow” y “guest scholar” en UCSD y profesor visitante en UC Irvine.