"Policrisis" es la palabra de moda entre las gentes de izquierda en este momento. La palabra expresa la conflencia y el entrelazamiento de varias crisis: económicas (inflación y depresión); ambientales (clima y pandemia); y geopolíticas (guerra y divisiones internacionales). De hecho, planteé una idea similar a principios del año pasado. Así que no es de extrañar que el último Informe de Desarrollo Humano de la ONU sea tan impactante. Según el IDH, la situación del mundo es más pesimista que en cualquier otro momento de la historia moderna, que se remonta a antes de la Primera Guerra Mundial. El IDH analizó las tendencias del lenguaje en los libros en los últimos 125 años. Revela un fuerte aumento de expresiones que reflejan "distorsión cognitiva asociada con la depresión y otras formas de angustia mental". En las últimas dos décadas, el lenguaje que refleja percepciones demasiado negativas del mundo y su futuro ha aumentado. De hecho, los niveles de angustia actuales no tienen precedentes, superando a los de la Gran Depresión y ambas guerras mundiales. Lo que también es revelador es que las opiniones negativas sobre el mundo comenzaron a extenderse a principios de siglo, incluso antes de la Gran Recesión. Este aumento coincide con mi propia visión económica de que las principales economías del mundo entraron en lo que yo llamo una nueva Larga Depresión, la tercera en la historia del capitalismo moderno después de la depresión de 1873-95 y la Gran Depresión de la década de 1930. La intensidad de las opiniones negativas sobre las perspectivas de la humanidad nunca ha sido mayor, mucho mayor que en cualquiera de las dos guerras mundiales del siglo XX. Estamos en una combinación de: una depresión económica; en la que los ingresos reales se estancan o incluso caen; la pobreza aumenta junto con la creciente desigualdad; y donde falta inversión para impulsar las fuerzas productivas y resolver el desastre ambiental que ya envuelve el mundo. Y, en lugar de la cooperación global de los gobiernos para resolver esta "policrisis", tenemos crecientes conflictos entre naciones, tanto económicos como militares. Achim Steiner, Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, presentó el IDH 2022. Así es como lo introduce."Estamos viviendo en tiempos de incertidumbre. La pandemia de Covid-19, ahora en su tercer año, sigue produciendo nuevas variantes. La guerra en Ucrania reverbera en todo el mundo, causando un inmenso sufrimiento humano, incluida una crisis del coste de vida. Los desastres climáticos y ecológicos amenazan al mundo a diario". Continua: "Las capas de incertidumbre se están acumulando e interactuando para desestabilizar nuestras vidas de maneras sin precedentes. La gente se ha enfrentado a enfermedades, guerras y trastornos ambientales antes. Pero la confluencia de presiones planetarias desestabilizadoras con crecientes desigualdades, transformaciones sociales súbitas para aliviar esas presiones y la polarización generalizada presentan nuevas fuentes de incertidumbre complejas e interactivas para el mundo y para todos los que viven en él". "Gente en todo el mundo nos está diciendo que se sienten cada vez más inseguros". Seis de cada siete personas en todo el mundo declaran sentirse inseguras sobre muchos aspectos de sus vidas, incluso antes de la pandemia de Covid-19. Y las consecuencias políticas: "¿Es de extrañar, por tanto, que muchas naciones estén crujiendo bajo la presión de la polarización, el extremismo político y la demagogia, todo sobrealimentado por las redes sociales, la inteligencia artificial y otras tecnologías poderosas?" Steiner señala que "por primera vez, de manera impresionante, el valor del Índice de Desarrollo Humano global ha disminuido durante dos años consecutivos a raíz de la pandemia de Covid-19". ¡La caída del índice de Desarrollo Humano mundial lo retrotrae justo al momento posterior a la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París! Así que no hay progreso. Cada año, algunos países experimentan caídas en sus respectivos valores de IDH. Pero la friolera del 90 por ciento de los países vio caer su valor de IDH en 2020 o 2021, superando con creces el número de ellos que experimentó retrocesos a raíz de la crisis financiera mundial. El año pasado se produjo una cierta recuperación a nivel mundial, pero fue parcial y desigual: la mayoría de los países con IDHs muy altos experimentaron algunas mejoras parciales, pero la mayoría sufrieron empeoramientos continuos.