Presidenta, si no puede, renuncie

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Para nadie es nuevo que una de las mayores taras de la política –en toda la historia de la humanidad–, es la mentira; sea la mentira vulgar y cínica, sea el engaño deliberado o sea señalar a culpables imaginarios, para ocultar los fracasos y errores políticos. Tampoco es novedad que el mayor mentiroso de la historia moderna en México se llama López Obrador, quien se desempeñó como presidente formal por seis años y que hoy sigue al frente del más grosero Maximato que recuerde la política en nuestro país. Por ejemplo, al señor Obrador le contabilizaron más de 150 mil mentiras en su gestión, al tiempo que, a lo largo de los 72 meses al frente del Ejecutivo federal, López culpó en miles de ocasiones a Felipe Calderón y a su gobierno, por todos los males imaginable. Es decir, que AMLO no se cree culpable de ninguno de los errores, raterías, fallas y pifias de su gestión y, en cambio, culpaba a Calderón y a Carlos Loret de sus errores, raterías, fallas y pifias. Lo novedoso, en todo caso, es que en el nuevo gobierno no sólo se acrecentó la tara de las mentiras oficiales, sino que “la señora presidenta” ya encontró nuevos culpables de fracasos como el de la seguridad pública, que en sólo dos meses, es propia de un estado fallido. Sí, a la presidenta Sheinbaum se le hizo fácil, por ejemplo, culpar de la violencia sin freno y del escandaloso número de muertos en su gobierno, a los gobernadores de las 32 entidades federativas, a pesar de que los hechos violentos vinculados con el crimen organizado son delitos federales y, por tanto, competencia de “la señora presidenta”. Pero en abierta contradicción con el regaño público que formuló a los gobernadores, #LaEspuriaClaudia desestimó las denuncias públicas que señalan que el líder del Senado, Adán Augusto López, mantiene vínculos con el crimen organizado. Y es que, en la mañanera del miércoles 11 de diciembre del 2024, Claudia dijo: “no creo que se haya vinculado con el crimen Organizado”, luego que le preguntaron sobre los vínculos del tabasqueño con la mafia. Es decir, en el caso de Adán Augusto, la presidenta prefiere los actos de fe, en lugar de investigar lo que está a la vista de todos. Es decir, que el escándalo se resuelve con un caprichoso “acto de fe”. Sí, de risa loca. Pero vamos a los hechos. Resulta que el martes 10 de diciembre del 2024, ante 32 gobernadores –de Morena y de oposición–, la presidenta les exigió asumir su responsabilidad y que acudan a las reuniones del Gabinete de Seguridad Nacional; encuentros que inventó AMLO y que, en seis años, no sirvieron absolutamente para nada. Así lo dijo Claudia: “Hay gobernadores que asisten todos los días al Gabinete de Seguridad y hay gobernadores y gobernadoras que no asisten. “Por eso hice un llamado respetuoso para que asuman a su responsabilidad… pienso que desde la federación tenemos una enorme responsabilidad que estamos asumiendo. “Debe haber coordinación y las y los gobernadores deben asumir su responsabilidad de conducir la política de seguridad de sus estados, ya que un homicidio es un delito de fuero común y la investigación, el análisis y la carpeta de investigación están en las autoridades estatales y son los jueces locales los que otorgan ordenes de aprehensión…” (FIN DE LA CITA) ¿Pero qué creen? Sí, de risa loca, que “la señora presidenta” mintió. Primero, mintió porque las reuniones del Consejo Seguridad Nacional no han servido para nada en los últimos seis años con dos meses. Segundo, mintió porque el caso Sinaloa confirmó que quien debe acudir al auxilio de los estados, frente a la violencia criminal, es la federación. Y tercero, mintió porque toda investigación, indagatoria y castigo de la violencia vinculada al crimen organizado, es responsabilidad federal. Por eso, recurrimos a un clásico de la sociedad mexicana; al grito desesperado del ya fallecido Alejandro Martí, quien en junio de 2008, en un Consejo Nacional de Seguridad, exigió que las autoridades renunciaran ante su incapacidad para dar seguridad a los ciudadanos. Así lo dijo, en medio del dolor por el secuestro y crimen de su hijo Fernando: “El dolor y la muerte de mi hijo me han dado hoy el honor de poder expresarme ante ustedes, en nombre de todos aquellos que han sufrido una pena como yo, en el nombre de todos los mexicanos, padres y madres y Fernandos, que existen miles en este país que no han tenido un foro como este. “Señores, si piensan que la vara es muy alta, que es imposible hacerlo, si no pueden, renuncien, pero no sigan ocupando las oficinas de gobierno, no sigan recibiendo un sueldo por no hacer nada. Eso también es corrupción”. (FIN DE LA CITA) Sí, señora presidenta, deje de mentir, ya que su incapacidad no es más que una muestra más de la corrupción de su gobierno. Sí, señora presidenta, deje de buscar culpables donde no los hay, y si tiene un milímetro de honestidad y congruencia, si no puede “con el paquete”, mejor renuncie. Al tiempo