Por si quedaba alguna duda ayer, el presidente, dejó clara cuál ha sido, es y será su estrategia política: ¡Primero los Votos! ¡Primero los Pobres!, porque son más y, entre más sean, más votos. Ayudando a los pobres, “se va a la segura… cuando se necesite defender la transformación se cuenta con ellos…”. Con sinceridad, el presidente confesó que no apoya a los pobres por convicción personal, sino por estrategia política. Tiene lógica: siendo México un país de pobres, con sus votos, se gana cualquier elección; no se necesita de la clase media, mucho menos de la clase alta. No es justicia social, es una estrategia electoral: dar apoyos gubernamentales chiquitos, para que los pobres sigan siéndolo y, con su lealtad política, acceder al poder y mantener el poder. El presidente, reconoce que no es inmoral lucrar políticamente con la necesidad, ni comprar sus votos. Son como mascotas, dijo alguna vez, “ni modo que le digas a una mascota ve a buscar tu alimento…”. A López Obrador, le conviene que los pobres sigan siendo pobres, que sean mascotas agradecidas, leales en todo momento y en todo lugar. Con ese pensamiento político manifiesto, México, seguirá siendo un país de pobres porque, la pobreza franciscana prostituida, es la quintaescencia, motivo, motor y síntesis de la cuarta transformación. “¡Los pobres se conforman con tan poco!”, dijo en su último informe Díaz Ordaz. En su último informe, López Portillo lloró, por no poder sacar a los pobres de la miseria. A como van las cosas, el presidente fortalecerá su estrategia política empobrecedora y, en su último informe, va a felicitar a los pobres por mantenerse en la miseria. ¿SE ACABARON LOS ABRAZOS?: Detienen a Ovidio y Matan al NETO.