Las ciencias biológicas definen a la atonía como una falta de tono y vigor, como una debilidad de los tejidos orgánicos; como una falta de energía y fuerza, especialmente de los órganos que son contráctiles o con movilidad autónoma. Leímos que, la economía mexicana, no ha entrado en una senda recesiva, sino en una «atonía»: No hay suficiente inversión, producción y consumo; aún, cuando las condiciones están dadas, la economía anda de la patada. ¿Qué pasó con el tan llevado y traído nearshoring? El Banco de México redujo su predicción de crecimiento del Producto Interno Bruto PIB, del 0.6 por ciento a 0.1 por ciento para 2025. En su último diagnóstico, Banxico, estimó que la economía pasará de la atonía, «del debilitamiento, de la flacidez», al desfallecimiento. Orlando Salgado Selley, en un artículo publicado hoy en La Jornada, titulado, “El PIB y el bienestar”, comenta que, a pesar de las dificultades de nuestra economía, es importante que los programas sociales se mantengan ya que son fundamentales en la estrategia económica y política de este gobierno: “Garantizar el gasto social es imperativo. Se trata de defender el bienestar de la población en condiciones en que la economía reduce su ritmo”, comenta. Sería lo ideal, pero; eso es imposible si el pastel no crece, a menos que, el país se siga endeudando hasta perder el grado de inversión. Cada vez es más difícil para el gobierno disponer de recursos públicos, propios o prestados, para sus programas sociales y clientelares; las arcas están secas y el panorama es desolador: Más aranceles, menos remesas, un Tratado de Libre Comercio que se tambalea y, una serie de reformas y contrarreformas, «producto de la insania», que desalientan la inversión. Si el pastel es cada día más chiquito, hay menos rebanadas para repartir. Algo de historia sobre PIB y desarrollo: Después de dejar su presidencia, y al país sumido en una profunda crisis económica, López Portillo publicó en Mis Tiempos: “Es evidente que crecimiento económico no es sinónimo de desarrollo…pero es importante no cometer el error opuesto, el de suponer que es posible el desarrollo social sin crecimiento económico y sin generación de empleos…”. Y hablando de historia: El Museo Nacional de Antropología, diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias. Ante tal distinción, la presidente dijo que era “el primer pasito y que, a ver si empiezan por ahí a pensar en pedirnos perdón”. Como escribió hoy Lupita Loaeza: “Le están ofreciendo un premio tan merecido a nuestro país, y Claudia Sheinbaum sale con su habitual mala actitud y ridícula soberbia. Parece disco rayado, pero sin gracia”. La presidenta, igual que El Jefe Máximo, quieren que el Rey de España nos pida perdón hincado por lo que, ‘dicen ellos’, sucedió hace 500 años… Misión Imposible: Baja California y sus gobiernos, como casi todos los del país, no cumplieron con su cuota de acarrear 500 mil votantes el 1 de junio. El pueblo -bueno y sabio- dijo «NO» a una de las peores estupideces de la historia.