Concluyó un año e inicia otro nuevo y es momento para reflexionar acerca de lo que hoy vivimos como sociedad. ¿En qué momento nos perdimos? ¿Qué hicimos mal para estar así como estamos hoy? Tal parece que como ciudadanos mujeres y hombres ya perdimos la capacidad de asombro e indignación, pues poco a poco nos hemos ido acostumbrando a ver noticias de muertos, de asaltos, de robos, de ejecuciones, balaceras, masacres, extorsiones, desapariciones, feminicidios y agresiones de todo tipo, casi en una total impunidad para quienes infringen las leyes. Las noticias nos dan cuenta todos los días de las atrocidades que en todo lugar y momento se cometen, ante la poca o nula acción y en ocasiones hasta indiferencia o complacencia de las autoridades. Son los gobiernos de los tres órdenes; el federal, estatal y municipal quienes deberían velar por los ciudadanos y garantizar su seguridad, principalmente para las mujeres, niñas, adolescentes y jóvenes, que son las potenciales víctimas más vulnerables y en situación de riesgo, pero no es así, pues las autoridades prefieren ignorar el problema, simular, voltearse para otro lado y hacer como que trabajan cuando en realidad no es gran cosa lo que hacen. ¿A dónde vamos como sociedad y quiénes y cómo es que van a parar y revertir el estado de deterioro en el que hoy nos encontramos y que amenaza todavía con ponerse peor?... Soy mujer y quiero caminar por las calles de mi ciudad, vestir como yo quiera y salir a divertirme o de paseo, tomar un taxi o un autobús y sentirme confiada y segura, sin el temor de que en cualquier momento me vayan a agredir, a secuestrar, a violar o hasta desaparecerme y matarme. Soy hombre y quiero salir a disfrutar, a convivir y pasar un rato feliz con mis amistades y compañeros, sin el temor de que en cualquier momento me bajen del carro para quitármelo, que me asalten en el transporte, que me roben mis pertenencias o que lleguen al lugar donde estoy conviviendo para asaltarnos a todos. Mujeres y hombres hoy tienen miedo por igual; miedo a quedar atrapados en medio de una balacera; miedo a estar en el lugar equivocado en el momento equivocado; miedo a estar justo cuando se desata un enfrentamiento; miedo a ser confundidos, miedo a ser levantados, miedo a ser una estadística más… Quiero vivir en paz y salir a caminar respirando el aire de la seguridad, de la confianza, de la tranquilidad y la sana convivencia que no hace mucho todavía teníamos y sentíamos… ¿Quién envenenó el aire con la maldad que ahora respiramos? ¿Quién se robó mi ciudad?... La quiero de regreso… Y de paso quiero un gobierno que me cuide, que me proteja y me responda cuando lo necesite, que me brinde lo mínimo necesario para poder trabajar, cumplir y contribuir con nuestra propia sociedad para el bienestar de todos y quiero también un gobierno decente, un gobierno eficiente y eficaz, un gobierno respetuoso de las leyes y que las cumpla y las haga cumplir y respetar en todo momento. Quiero un gobierno bueno que predique con el ejemplo… A lo mejor y es mucho pedir, pero como es fin de año y acabo de ver una estrella fugaz surcando en el cielo… Ese es mi deseo; que me regresen mi ciudad… Que me regresen mi tranquilidad…