Serenidad y paciencia

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Stellantis, dueña de Chrysler, Jeep y Dodge, anunció que suspenderá su producción en dos plantas de México: la de Ramos Arizpe, donde se fabrica la RAM 2500 y la de Toluca, en donde hacen la Jeep Compass. La industria automotriz mexicana será la más afectada con los aranceles trumpianos. Hace dos semanas, Kenworth Mexicana, despidió a 350 trabajadores. Nuestro consuelo, tras los anuncios de aranceles de Trump, es: “no nos fue tan mal; nos pudo haber ido peor”. El grandulón nos dio varios trancazos, pero; no nos puso una paliza. A China, Japón, India, Singapur, Taiwán, Europa Corea y, no se diga Vietnam, les fue peor que a nosotros. Nos impusieron el 25 por ciento de arancel al acero, aluminio, exportaciones fuera del T-MEC, automóviles y autopartes «no estadounidenses», pero; no nos van a cobrar los temidos aranceles recíprocos. Trump le declaró la guerra comercial al mundo entero, a casi 200 países, a los que les cobrará aranceles de 10 por ciento para arriba. Dicen los que saben economía que, a ningún país le va a ir bien con la locura Trumpiana la cual, tiene como objetivos: disminuir el déficit comercial, regresar las industrias a Estados Unidos y rebajar precios. Hace semanas quedó claro que Trump es partidario del capitalismo primitivo del siglo XVI. Es, en sí mismo, la contradicción de la que surgió el capitalismo: es mercantilista y a la vez absolutista. “El absolutismo, siglos XVI al XIX, es la transición del feudalismo al capitalismo”; la anterior es una definición simplista pero muy profunda. Los burgueses, liberales, mercaderes o como se les quiera llamar, representaban un modelo económico contrario al del despotismo ilustrado que, en el caso de Trump, es despotismo agreste. Los liberales demolieron al final al absolutismo. Con sus locuras, Donald, pretende regresar la economía y la producción mundial a 1950. Lo grave de todo esto es que, El Tratado de Libre Comercio de América del Norte, agoniza. Ayer Trump confirmó que es un enemigo jurado del libre comercio y del capitalismo liberal: “Desde el comienzo, el TLCAN, el peor acuerdo comercial jamás hecho, fue un horror”, dijo. Calificó el déficit comercial con Canadá y México como “un robo”; nos acusa de haberle rateado a Estados Unidos 300 mil millones de dólares. Qué bueno que el “gobierno izquierdista” de Sheinbaum, entiendan hoy, el valor del Tratado «Neo Liberal», impulsado por Carlos Salinas de Gortari. Con Trump, el mundo vivirá una nueva realidad económica, de consecuencias dolorosas, de recesión y crisis pronostican algunos; como dice Sheinbaum: “serenidad y paciencia”, ¿queda de otra?