Por Moa Petersén Profesor asociado de culturas digitales, Universidad de Lund y Lena Halldenius Profesor de Estudios de Derechos Humanos, Universidad de Lund En todo el mundo, las tarjetas y las aplicaciones son el método de pago por defecto, pero en Suecia es más evidente la transición hacia el abandono del efectivo. El Banco de Suecia señala que la cantidad de efectivo en circulación en el país se ha reducido a la mitad desde 2007 . Parte de esto se debe a una ley sueca única que prioriza la “libertad de contrato” por encima de cualquier requisito legal de aceptar efectivo. En otras palabras, depende de las empresas (incluidos los bancos) si aceptan o no efectivo. El transporte público, las tiendas y los servicios normalmente no aceptan efectivo como forma de pago y no existe infraestructura para pagar facturas en ventanilla. La transición hacia la eliminación del efectivo se aceleró cuando un grupo de bancos creó la aplicación de pagos móviles Swish en 2012. En 2017, Suecia utilizaba menos efectivo que otros países europeos. Hoy, más del 80% de la población tiene una cuenta Swish. Para la mayoría de los suecos, la economía sin dinero en efectivo es rápida y cómoda. Mientras tengas una cuenta bancaria y puedas acceder a la tecnología, probablemente ya vivas una vida sin dinero en efectivo. Pero para las pocas personas que todavía dependen del efectivo, la vida se está volviendo más difícil. Nuestras recientes investigaciones muestran cómo esto afecta a los grupos más desfavorecidos de la sociedad sueca sin dinero en efectivo. Nuestros entrevistados viven en una situación de dependencia del dinero en efectivo inducida por la pobreza , lo que significa que dependen de los pagos en efectivo porque no tienen cuenta bancaria, carecen de crédito o no pueden permitirse la tecnología digital. Si bien es difícil medir cuántas personas dependen del efectivo, las personas mayores, en particular, tienen dificultades para pagar sus facturas digitalmente. Algunas de las personas que entrevistamos no tienen hogar o padecen problemas de salud mental. Otras viven con ingresos muy bajos. Los obstáculos a los que se enfrentan son tanto prácticos como culturales. Se sienten delincuentes, infravalorados y excluidos de gran parte de la vida cotidiana. Dependencia del efectivo en Suecia Si el efectivo es el único dinero que tienes o el único que puedes administrar sin ayuda, estás confinado en “burbujas de efectivo”. El efectivo funciona como una moneda local, aislada del resto de la economía. En la burbuja del efectivo, se pueden comprar artículos de primera necesidad e ir a cafeterías sencillas, pero no se puede pagar el estacionamiento ni las facturas sin ayuda. Los voluntarios de los grupos comunitarios locales nos dijeron que pasan la mayor parte del tiempo haciendo operaciones bancarias para la gente. Un refugiado ucraniano, que no puede abrir una cuenta bancaria debido a su estatus migratorio, estaba preocupado por una factura de la clínica de salud local que técnicamente no tenía medios para pagar. Las personas sin hogar que duermen en sus coches no pueden utilizar los parquímetros sin efectivo, por lo que ha surgido un mercado ilícito en el que las personas con teléfonos inteligentes y cuentas bancarias pagan el aparcamiento con un coste adicional sustancial. Ser pobre digitalmente es caro. Nuestros entrevistados se sintieron abandonados en una sociedad a la que no le importaba su capacidad de participar. Con una mezcla de vergüenza, rabia y resignación, describieron las humillaciones cotidianas. Una mujer ahorró para comprarle a su nieto un regalo que quería, pero en la caja le dijeron, con su nieto en la mano, que no aceptaban su dinero. “Me sentí como una ladrona”, nos dijo. La transición sin dinero en efectivo en Suecia Los suecos son conocidos por adoptar la tecnología de forma temprana y acrítica , lo que se ha convertido en parte de la imagen que el país tiene de sí mismo. En 2017, los investigadores empresariales predijeron que el dinero en efectivo sería irrelevante en Suecia en marzo de 2023. No sucedió del todo, pero estuvo cerca. En los últimos 150 años, las innovaciones tecnológicas y el espíritu emprendedor han impulsado al país desde la pobreza extrema a ser uno de los más ricos de Europa . El caso sueco es aún más especial debido al papel omnipresente de los bancos en la infraestructura de pagos e identificación. Los bancos crearon la aplicación de pagos Swish, ampliamente utilizada, y también emiten la identificación electrónica necesaria para acceder a servicios públicos como la autoridad fiscal y las prestaciones por enfermedad, discapacidad y desempleo. Por tanto, si no eres cliente del banco, no podrás acceder a estos servicios públicos. Durante la pandemia , el miedo al contagio hizo que manipular dinero físico pareciera un peligro para la salud. “Odio el dinero en efectivo. Es sucio”, como lo expresó un empresario tecnológico sueco . Todos estos factores combinados han dado lugar a una sociedad sueca moderna en la que el dinero digital es bueno y el efectivo se asocia con el crimen y la corrupción. Para las personas que todavía dependen de los pagos en efectivo, este estigma aumenta su sensación de exclusión. En Suecia, como en muchos otros países, parece inevitable que en los próximos años la economía se vuelva totalmente sin dinero en efectivo. Pero, como hemos comprobado, las personas que dependen del efectivo debido a la pobreza se quedan sin medios para arreglárselas por sí mismas o incluso para pagar sus facturas. No se trata solo de una cuestión práctica, sino también emocional. Existe una sensación de soledad, de pérdida de comunidad y de conexión humana en la economía digital. Como dijo uno de nuestros entrevistados: “No se trata solo de la falta de dinero en efectivo. Siento que los seres humanos han desaparecido. Vivimos como robots; haga clic aquí, haga clic en aquello. La digitalización ha hecho que la gente se sienta sola”.