Termina otra etapa política de nuestro estado de Baja California, y podemos decir hoy que se superó al mal gobierno, por decir lo menos, de Francisco Vega de Lamadrid, lo más sorprendente es por un lado como aun hoy domingo los funcionarios del Ing. Bonilla y el mismo, claman por la magnífica labor que desempeñaron y por otra parte el sector empresarial brillo por su ausencia, o entreguismo, a lo que sufrió este estado, faltan ahora las consecuencias, la cruda realidad a la que nos enfrentaremos. Con el nuevo gobierno que inició a partir del lunes 1 de noviembre de 2021, nos enfrentaremos a problemas como el COVID-19, los enfermos y sus secuelas, los huérfanos y viudas o viudos que esta enfermedad está dejando y que se agravará más por la falta de vacunas, aplicación de las medidas de seguridad y sana distancia, la falta de inversión y por consiguiente la falta de empleo, la inseguridad y carencia de un estado de derecho que permita vivir, trabajar y desarrollo en el estado. Otro gran problema es y será la falta de agua y la carencia de cultura para el cuidado y consuma del agua, todos sabemos de los problemas que ya existen en el estado por la falta de ella y de las restricciones que en el estado de California, concretamente en el Valle Imperial, existen por la falta del líquido y los controles que se están ejerciendo para evitar el desperdicio y libertinaje en su uso, solo para cuestiones indispensables, ya no se pueden dar lujos como jardines o lavado de autos en la calle. La inseguridad y presencia del crimen organizado sea convertido en cosa de todos los días, nos estamos acostumbrando y no pasa nada a ningún nivel de la sociedad, se está aceptando el hecho, al grado de que nos estamos convirtiendo en un Colombia al estilo de los tiempos de Pablo Escobar G. En nuestro estado no solo se está aplicando la “estrategia” de abrazos y no balazos, simplemente no se les hace caso y los eventos son más que claros ya nadie puede decir que está a salvo. Es momento de que la sociedad bajacaliforniana diga y haga algo por su estado, un lugar que en menos de veinte años ha pasado de una bonanza de desarrollo y crecimiento a un estado de retroceso, precarización, pobreza y sumisión; nadie nos va a rescatar, nadie se va a preocupar por salvarnos si nosotros no lo hacemos y nos ponemos a trabajar. No permitamos que este nuevo gobierno, estatal y municipal sea peor que el anterior ya lo hicimos y se dijo que no podía ser peor, ¡sorpresa!, Sí Se Pudo.