Ya lo dijo Anton Ego, personaje de Ratatouille, película de Disney, “es muy fácil la vida de un crítico porque no arriesga nada”, añadiríamos que su esfuerzo es mucho menor que el que actúa, el mejor ejemplo es López Obrador, cuando fue oposición, incluso cuando fue regente de la ciudad de México fue más oposición que autoridad, gracias a Fox. Hasta que logro llegar a la presidencia, porque así lo quería, fue opositor y un fuerte crítico del gobierno, al asumir la presidencia dejo de ser un crítico paso al otro lado de la moneda para convertirse en actor, en responsable de proponer y actuar para obtener logros, lo cual fue para AMLO como sacarse la rifa del tigre, en ese momento se puso “de pechito” al pasar a un nuevo escenario en el que en realidad no sabía actuar. Su experiencia y conocimientos en cuanto a la forma de gobernar se quedo en la época de los 70´s, la era de los dinosaurios y los tlatoanis, cuando se ejercía el poder con una organización casi perfecta, de fieles y obedientes seguidores y colaboradores, una época que en los 80´s y 90´s se acabó, pero él no se enteró. Hoy a la mitad de su mandato está preparando su salida y la continuidad de su organización, creando las condiciones para que pierda lo poco que logro y se agranden los errores de su mandato. Una de las grandes manifestaciones de sus errores de administración es y fue su incapacidad de rodearse de personal que ayudara a realizar sus ideas y promesas, pero, no oír ni querer aceptar la realidad y la dudosa calidad moral y/o profesional de sus allegados en el poder no lo ayudo. El panorama se vuelve muy obscuro, faltan tres años de gobierno y ya existen pleitos, diferencias y preferencias por la sucesión presidencial, dicho de otra forma, ya no interesa el bienestar del país, sino quien sigue para ocupar la presidencia, está perdiendo el control que nunca tuvo de su gente. Le quedo muy grande la presidencia, no supo y no quiso dar la talla, no es fácil, no cualquiera lo logra, en muestro México de hoy requerimos de autoridades con capacidad de actuar, de entender y de rectificar, no de personajes que aparecen atractivos y valientes por lo que dicen pero que a la hora de la hora se pierden, que por alguna razón no lo reconocen y solo ven por sí mismos. La historia se está repitiendo, pero el escenario no es el mismo, no permitamos que se repitan los “remakes” de los políticos de antes ni los borreguísimo del pasado, debemos de trabajar y rectificar… tenemos que mejorar.